domingo, 17 de diciembre de 2023

Subida a El Puntarrón en el Garruchal PR-MU 42

-Longitud: 2,7 KM 

-Duración: 1:30 h

-Dificultad: Facil

-Señalización: No tiene demasiadas señalizaciones pero al menos donde tenemos que girar a la izquierda hay una señal que indica la senda de pequeño recorrido, pero la senda no tiene perdida y vemos la cima en todo momento

-Como llegar: Pasando San Jose de la Montaña se accede al puerto del Garruchal y a pocos kilometros nos encontramos El Puntarron a mano izquierda y enseguida una pequeña zona de aparcamiento en una antigua venta al lado de un cartel en la parte izquierda que indica camino Los Perez y Los Gonzalez

-Tipo: Ida y vuelta

La antigua venta junto donde dejamos el coche

El Puntarrón es un cerro cónico y abancalado situado en España, concretamente a las afueras del núcleo urbano de Beniaján (Región de Murcia), rodeado por el cauce de una rambla justo en la entrada del llamado Puerto del Garruchal, en la comarca de la Cordillera Sur.

El cerro tiene una altura de 380 metros sobre el nivel del mar y su cima ofrece unas vistas panorámicas de la región, incluyendo el Valle del Segura, el Campo de Cartagena y la Sierra de Carrascoy.

El Puntarrón está formado por conglomerados de areniscas rojas y margas blancas, que se depositaron en el fondo de un mar tropical. La falla del Puntarrón, que atraviesa el cerro, es un límite entre estas dos formaciones geológicas. Las margas blancas, por su parte, se depositaron en un ambiente marino más profundo. La falla del Puntarrón, que atraviesa el cerro, es un límite entre estas dos formaciones geológicas.

Por su posición estratégica en la entrada del puesto de Garruchal, fue desde época argárica un excelente puesto para controlar quienes accedían. Por eso, los árabes construyeron una torre en el siglo XI, desde donde podían divisar tanto el acceso del puerto como Murcia y las montañas cercanas.

En donde iniciamos la ruta
Inmediatamente giramos a la izquierda

Iniciamos la ruta en la antigua venta en la que habremos aparcado, y torcemos a la izquierda para empezar el ascenso, donde nos encontraremos de frente con El Puntarron. El ascenso, aunque corto, cuenta con un duro desnivel en el que ascendemos por el camino de La Cañisola, que al estar formado por margas se encuentra en un estado bastante erosionado por el agua al bajar esta pendiente. Por esto mismo, siempre recomiendo a quien me acompaña que use unas botas de montaña para no correr el riesgo de resbalar y caerse.

A mano derecha vamos dejando La Cañisola
Legando al Collado Olivares

En pocos minutos llegamos al Collado Olivares. Un collado corresponde a un punto de ensilladura de la topografía, esto significa que en una dirección la topografía es máxima, mientras que en la perpendicular es mínima. En otras palabras, un collado es el punto más bajo de una línea de cumbres. Desde el Collado Olivares debemos girar por el camino de la izquierda, donde veremos una señalización con los colores blanco y amarillo que indica que es un sendero de pequeño recorrido. La senda de la derecha continuaría por el camino de La Cañisola, donde podrías seguir por diferentes variantes y conectar con otros caminos. La sierra de La Cañisola la hemos estado viendo en el camino anterior, a mano derecha, y llegaría hasta donde empieza la ruta de la subida a Mamellones.

Giro a la izquierda siguiendo la señalización
Los Mamellones

Respecto al topónimo de La Cañisola deriva del apellido Gañisoga. Se ha encontrado en el Catastro de Ensenada, censo realizado por el Marqués de la Ensenada en el territorio de Castilla, donde se contaban las propiedades que contaban sus habitantes e incluso con una descripción geográfica de sus poblaciones. En Algezares (a 6 km de esta sierra), una calle de Francisco de Galinsoga, mientras que en otra página del mismo documento ese apellido se escribe con ñ, Gañisoga, con referencias al dueño de unas tierras situadas en el partido de Cañarejo, en donde se ubica La Sierra de la Cañisola. Se menciona que en 1450 se cedieron estas tierras que por entonces se llamaban Cabezo de las Cabras a Juan de Galinsoga. Este topónimo se iría modificando por etimología popular con el paso del tiempo hasta convertirse en Cañisola, aunque parece que algo ha sobrevivido de su antiguo nombre, ya que algunos lugareños la conocen aún con el nombre de sierra de La Cañisoga.

Conforme seguimos ascendiendo, pasamos por un camino formando zig zag, teniendo en nuestro frente el peñón calizo de El Puntarron y observando a nuestra espalda las magníficas vistas de Los Mamellones, que destacan en este paisaje lunar por su forma tan característica.

Este camino que estamos recorriendo lo empedraron los árabes para subir agua a la cima desde la fuente del Collado Olivares, que actualmente no existe. Acabamos llegando a un paso angosto entre las rocas llamado Paso del Portillon, para llegar finalmente a un camino por la loma que nos lleva a la cima.

Pasando por la sima vallada
Legando al mirador de la cima

Pasaremos al lado de una sima que se encuentra vallada para que ningún despistado se meta en ella y tenga un accidente. Justo en la cima tenemos un mirador donde podemos apreciar las montañas de alrededor y justo tiene las dimensiones de un antiguo refugio con chimenea, donde se podían refugiar los montañeros. También construyeron aquí los árabes en el siglo XI una torre de vigía, donde podían divisar el acceso a Murcia hacia el campo de Cartagena y que probablemente conectaba con otras torres cercanas situadas por toda la sierra para comunicarse. Una vez terminada la ruta, sería volver por donde hemos venido y disfrutar del final de esta ruta.

La Cresta del Gallo
El Cabezo Pascual con la Muralla de King Kong al fondo

Estamos una ruta bastante sencilla y corta, ideal para principiantes o simplemente para dar un paseo por el monte. No destaca por la vegetación que podemos encontrarnos, pero tiene un encanto especial el saber que nuestros antepasados argáricos recorrieron este camino, ya que muy cerca de aquí se encontró un yacimiento argárico en el Puntarrón Chico, y cuyos objetos que se encontraron podemos verlos expuestos en el Museo Arqueológico de Murcia. También, con un poco de suerte, se puede divisar águilas que vuelan por toda la sierra y anidan en estas sierras.

Por último, hay que extremar las precauciones, sobre todo si se sube con perro, si se realiza la ruta en primavera, ya que por estos pinos abunda la oruga procesionaria, ya sea por el suelo o en los bolsones que crea. Más vale ir con cuidado y esquivarlas, ya que pueden ser muy problemáticas si se tocan.

La cima del Picacho
La sierra de Columbares


domingo, 19 de noviembre de 2023

Moricandia Arvensis

La Moricandia es un género de plantas herbáceas anuales de la familia de las Brassicaceae. Es originario de la región mediterránea, y se puede encontrar en España, Francia, Italia, Grecia y Turquía.

En la Región de Murcia, la Moricandia es una planta común en las zonas ruderales, es decir, en los terrenos baldíos y abandonados. También se puede encontrar en los bordes de caminos y carreteras, y en las zonas de matorral.

Descripción:

El género Moricandia comprende unas 20 especies de plantas. En la Región de Murcia se pueden encontrar las siguientes especies:

Las hojas de la Moricandia son pinnatisectas, es decir, están divididas en segmentos estrechos. Las hojas basales son pecioladas, mientras que las hojas caulinares son sésiles.

Las flores de la Moricandia son pequeñas y de color morado. Se agrupan en racimos terminales. Las flores tienen cuatro pétalos, cuatro sépalos y seis estambres. La Moricandia florece desde la primavera hasta el verano.

El fruto de la Moricandia es una silicua dehiscente, es decir, se abre para liberar las semillas. La silicua es de forma rectangular y mide de 2 a 3 cm de longitud.

La Moricandia florece desde la primavera hasta el verano.

La Moricandia fue descrita por primera vez por Philip Miller en 1754, en la segunda edición de su obra "The Gardener's Dictionary". Sin embargo, el nombre del género fue propuesto por Moïse Étienne Moricand en 1826, en su obra "Flora Gallica

Arvensis: palabra que proviene del latín arvum, cultivo, campo cultivado

La Moricandia también se conoce como:

    • collejón

    • berza arvense

    • berza silvestre

    • mastuerzo

    • mastuerzo de monte

Usos y cualidades:

Raramente es consumida en ensalada, pero sí como alimento para el rebaño.

La Moricandia tiene propiedades medicinales. Las hojas y las flores de la Moricandia se utilizan para tratar diversas afecciones, como la tos, la bronquitis y la fiebre.

La Moricandia tiene las siguientes cualidades medicinales:

    • Expectorante: ayuda a expulsar las flemas.

    • Antitusiva: ayuda a reducir la tos.

    • Antipirética: ayuda a reducir la fiebre.

      La Moricandia está emparentada con otras plantas de la familia de las Brassicaceae, como la col, el brócoli, la coliflor, la lechuga, la mostaza y el rábano.

Estas plantas comparten características comunes, como la presencia de flores con cuatro pétalos, cuatro sépalos y seis estambres. También comparten glucosinolatos, que son compuestos con propiedades medicinales.

Específicamente, la Moricandia está emparentada con el género Alyssum, que comprende unas 100 especies de plantas. Las especies de Alyssum son parecidas a las de Moricandia, con flores pequeñas y de color amarillo, blanco o morado.

Como curiosidad se puede usar como un bioindicador. Esta planta proporcionaba una valiosa información a los agricultores: cuando se enfrentaban a comprar una nueva tierra, siempre tenían cuidado de que no creciese demasiado esta planta. Cuando aparecían demasiados moricancias, sabían que la parcela presentaba un fuerte contenido en sales o en yeso. En consecuencia, se trataba de una mal lugar sólo válido para cereales como la cebada.

Es una planta melífera con lo que las abejas recogen néctar de su flor y así consigue reproducirse

La moricandia atrae a un gran número de pulgones durante todo el año sin que le suponga un mal demasiado grande a la planta. Es lo que se llama planta búnker. Este tipo de planta es interesante para tener presas alternativas en los campos y huertos para los depredadores y parasitoides. De este modo, cuando lleguen las especies de pulgón que pueden convertirse en plaga para los cultivos, sus enemigos naturales ya se encontrarán en la zona y dificultarán que la población se convierta en plaga.